
Queremos empezar con la orden de detención que se emitió contra Luis Buñuel. Es un documento depositado en el Fondo Expedientes Policiales del Archivo Histórico Nacional de Madrid (H-13719). La orden contra Buñuel está fechada el 26 de mayo de 1937. La Jefatura de Policía de La Coruña le describe como “sujeto morfinómano y alcohólico, que durante estos últimos tiempos ha estado en París al servicio de la propaganda roja… fue autor y director de una película sobre LAS HURDES, que era un verdadero descrédito para España.” Es decir, a Luis Buñuel se le persigue por su actividad como cineasta. Posiblemente, si hubiese sido detenido, habría terminado ante un pelotón de ejecución. De hecho, Ramón Acín, pintor y escultor oscense, sería fusilado por ser anarquista y por participar en la producción de Las Hurdes (1932). También parece ser que Buñuel se fue a París para, además de trabajar en la propaganda de la República, poner tierra por medio y alejarse lo máximo posible de esta amenaza.

Como demuestra el
segundo documento, la represión franquista se mantuvo hasta los últimos días
del régimen. Es cierto que ya solo se atreve a fusilar terroristas de la ETA y de
otros grupos radicales de izquierda, pero mantiene una estrecha vigilancia
sobre los intelectuales que forman el antifranquismo. Este segundo documento
procede del Ministerio de Información y
Turismo. Su Gabinete de Enlace elabora expedientes sobre profesionales del cine
a partir de informes policiales y de datos recogidos en la prensa nacional y
extranjera. Entre los fichados por este Gabinete se encuentran también Max Aub,
Juan Antonio Bardem, Mario Camus, Víctor Erice, Carlos Saura y Jorge Semprún.
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