En mayo de 1955 se celebraron
las Conversaciones Cinematográficas de Salamanca. Hoy están consideradas como uno
de los hechos históricos más relevantes por los temas allí tratados y la calidad
de los participantes, personas que ya ocupaban o luego alcanzarían altos
puestos burocráticas o brillantes carreras cinematográficas: José María García Escudero, José Luis Sáenz de Heredia, Fernando
Fernán Gómez, Antonio
del Amo, Carlos
Saura, Luis
García Berlanga, Juan Antonio Bardem o Basilio Martín Patino. Pero, sobre
todo, allí se reunieron cineastas y críticos con ideologías y proyectos
políticos muy distintos. Fue un acto democrático cuando no había democracia, es
decir, cuando no había ni derecho de opinión ni derecho de reunión.
En el texto que
comentamos, escrito en julio de 1955 en la revista Objetivo por el entonces comunista Ricardo Muñoz Suay,
se resalta precisamente eso, cómo las conclusiones no son la imposición de
ningún grupo de influencia. Todos han renunciado a una parte de su pensamiento para
que personas de ideas distintas aúnen fuerzas con el fin de hacer efectivo el
programa aprobado, el cual básicamente reivindica un cine independiente que
refleje mejor la realidad española.
Para conocer al
autor de este artículo, nada mejor que leer la biografía Ricardo Muñoz
Suay. Una vida en sombras, de Esteve Riambau, que recibió el premio Comillas de
Historia, Biografía y Memorias en su XIX edición. Y sobre las Conversaciones de
Salamanca y sus resultados se puede consultar el libro de Jorge Nieto Ferrando y Juan Miguel Company
Por un cine de lo real. Cincuenta años después de las 'Conversaciones
de Salamanca'.
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