lunes, 26 de mayo de 2014

EL CINE CATÓLICO: Magister


Magister es una productora y distribuidora de películas fundada en 1945, en pleno nacionalcatolismo. Se dedica, fundamentalmente, al formato de 16 mm y pretende hacer realidad la doctrina de la Iglesia respecto al cine. Esa doctrina está recogida en la encíclica Vigilanti Cura, dictada en 1936 por el Papa Pío XI.  En ella se propone que los católicos se organicen en cada país para editar boletines de clasificación moral de las películas comerciales, promover la producción de películas católicas, organizar salas o circuitos de salas católicas y, en definitiva, colocar el cine "al servicio del hombre". Muchos de estos cometidos fueron abordados por Magister, empresa situada en Madrid en la calle Narváez, nº 2.
El artículo que aquí comentamos, publicado en Primer Plano en 15 de julio de 1945, da cuenta de la fundación de esta productora.  Gumersindo Montes Agudo califica el cine como "el instrumento más poderoso de propaganda" y dice que su influjo social es "decisivo". Afirma que gracias a la censura, ese influjo puede ser controlado, sobre todo, en lo que respecta a los menores. Pero considera que hay que dar un paso más: producir películas destinadas a los colegios y escuelas que formen moralmente a los niños y jóvenes. Ese es el fin que Magister cumple con el rodaje de tres películas: La Santa Misa, La Virgen María, Capitana de nuestra Historia y El emperador del mundo, declaradas de de Interés Nacional. Detrás de estas películas están los hermanos Luis y Francisco Ortiz Muñoz, dos las personas  que más poder tuvieron en la censura franquista, bien en el cine o en la televisión. Muy pronto, el primero sería designado Subsecretario de Educación Popular.
Además el artículo dice que el propósito de Magister es crear una cinemateca educativa. Con el tiempo se denominará Cinemateca Magister y se dedica a distribuir entre sus socios películas comerciales en 16 mm de intachable moralidad. De este modo, los colegios, las parroquias o los cineclubs católicos tienen a su alcance una forma muy fácil de programar sus salas.
Esta utilización de cine como arma pedagógica se considera que entra en la línea cívico-educativa defendida por el sacerdote y pedagogo Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave-María.
 Para más información: Jorge Moreno Andrés, « Magíster: un cine al servicio de Dios y de la patria », Cahiers de civilisation espagnole contemporaine [En ligne], 11 | 2013, mis en ligne le 26 septembre 2013, consulté le 26 mai 2014. URL : http://ccec.revues.org/4871 ; DOI : 10.4000/ccec.4871

miércoles, 7 de mayo de 2014

La primera película de la Falange

El documento que hoy comentamos es, de nuevo, un artículo de la revista Primer Plano. Se publicó en el número 215 de 26 de noviembre de 1944 con motivo de la celebración de tres fechas casi coincidentes:  el rodaje de la primera película falangista, la edición de los primeros 100 números de NO-DO y la muerte de José Antonio Primo de Rivera, fundador del partido fascista Falange Española.

El artículo comenta la gran afición al cine de José Antonio y revela la importancia que Falange da a este medio. El problema son los escasísimos medios técnicos y profesionales que posee el partido para hacer realidad un cine falangista. De hecho, la primera película, un acto en el cine Madrid, el 19 de mayo de 1935, no pudo ser por la torpeza de los operadores de cámara, que se olvidaron de cargar el tomavistas con película virgen. Por eso la primera película de Falange es un acto celebrado el 17 de noviembre de 1935 y consiste en un discurso de José Antonio con motivo del Consejo Nacional del partido. El autor lo llama noticiario porque, en realidad, se trata de una noticia suelta, de unos pocos metros de celuloide hoy perdido.
Es muy interesante la mención que se hace de El acorazado Potemkin (Bronenósets Potiemkin, 1925 ). Muestra el odio y rechazo que se siente por el comunismo, pero, implícitamente y al mismo tiempo, da cuenta de la admiración que el fascismo siente por el poder y la calidad de la propaganda soviética.
El discurso de José Antonio decía lo siguiente:
Estos que veis aquí con camisas azules y cordones rojos y negros son los camaradas que integran el Consejo Nacional. Durante dos días han estado trabajando en abnegado silencio y han conseguido elaborar con la precisión que es el premio de las tareas en que se pone el alma declaraciones fundamentales para nuestro movimiento [...] Felices los que gozamos juntos de esta alta temperatura espiritual. Felices los que tenemos este refugio contra la dispersión y contra la melancolía del ambiente, porque fuera de aquí, en otras partes, en esa especie de gran cinematógrafo nacional, más pequeño que éste y seguramente en vísperas de clausura, que se llama Congreso de los Diputados, es tal ya la melancolía, es tal el tedio que se siente, está ya, después de esa bazofia turbia que acabamos de tragarnos hace unos días, y de la que han tratado de darnos varias raciones más, está ya el ambiente tan muerto, que los que concurrimos a ese ámbito hemos perdido en nuestros estómagos hasta la aptitud para la náusea. Aquello se cae a pedazos, se muere de tristeza  [...] Tenemos las caras bien limpias y los ojos bien claros. Todos los que vienen a pedir sombra a nuestras banderas para encubrir reminiscencias antiguas, nostalgias espesas de cosas caducadas y bien caducadas, se alejan pronto de nosotros y luego nos calumnian o nos deforman. En cambio, los buenos, los que sirven, desde nuestras filas y desde fuera de nuestras filas, van percibiendo nuestra verdad.