"Un movimiento heterogéneo que
produjo una nómina de hasta 48 realizadores debutantes entre 1962 y 1967, una
serie de films de interés y calidad desigual y de escaso impacto entre el
público, y una generación de recambio entre cuyos miembros imperaban
inquietudes y enfoques contrapuestos sobre la común práctica fílmica […] El
común denominador de los films realizados […] no era otro que el que se
presupone en toda generación que surge en cualquier terreno del arte: la
pretensión de abordar temas viejos desde un prisma nuevo, la incertidumbre de
despertar a la vida de los jóvenes, una mirada entre crítica y desencantada a la
cotidianidad, la frustración que dejaba la falta de libertad en toda formación
intelectual y afectiva, los difíciles vínculos con la familia, que es como
decir con la generación que ha vivido la traumática experiencia de la Guerra
Civil, gran tabú soterrado, pesaroso telón de fondo de difícil abordaje
frontal, con el consiguiente tira y afloja con la censura para saber
efectivamente cuál era su grado de tolerancia" (Torreiro, 1995, pp. 309-310).
Por problemas de falta de fuentes, no queda claro hasta qué punto las ideas de Villegas proceden de lo que pasa en Francia. Sabemos que Villegas era un excelente conocedor del cine galo, como demuestra su libro Cine francés. Origen, historia y crítica (1947), publicado en la Argentina. Desde luego su estudio, que llega hasta 1945, poco tiene que ver con la apreciación muy crítica que Cahiers du Cinema hace de su propio cine. También sabemos que Villegas, un verdadero francófono, fue becado por el gobierno francés para ampliar este libro, aunque nunca llegó a publicarlo. En otras palabras, por sus viajes y su dominio del francés, conocía también muy bien lo que estaba sucediendo en Francia después de 1945. Pero también sabemos, que, por ejemplo, la política de autor Villegas la formula y defiende desde, al menos, 1948.
La caza |
En
nuestra opinión, el Nuevo Cine Español, fue para España el acontecimiento
cinematográfico más importante de aquella década y visto en perspectiva, pasado
más de medio siglo, todo un hito en la Historia del cine español. A modo de
decálogo, podríamos enumerar los siguientes hechos de porqué es así:
1. El NCE fue una
empresa intelectual para hacer efectivos los postulados que salieron del evento
cinematográfico más importante de la década anterior, las Conversaciones de
Salamanca de 1955, donde, fundamentalmente, se reclamaba un cine español más
pegado a la realidad del país.
2. El NCE fue
esfuerzo por meter el cine español en la modernidad, entendida esta como un
cine basado en la forma abierta, incluso en la forma por la forma.
3. El NCE fue un
intento de construir en España una política de autor sobre la figura del
director.
4. El NCE fue una
voluntad de encontrase y de crear en España un público deseoso de mayores dosis
de libertad en el contenido y la forma de las películas, un público que iba a
ver este cine como un acto militante.
5. El NCE fue una
política del franquismo para dotarse de una imagen cultural que exhibir en el
extranjero acorde con la política aperturista del momento defendida por el ministro
de Información y Turismo Manuel Fraga. Una operación para conseguir un
franquismo más amable que acaba cuando dejan sus cargos el Director General de
Cinematografía, José María García Escudero (en 1967), y el propio Fraga (en
1969).
6. El NCE fue un
afán por hacerse europeo, por no ir siempre detrás con respecto a Europa, por
dejar de ser una anomalía política, social y cultural y crear en España su
"nueva ola", su Free Cinema.
7. El NCE fue el
primer cine español urbano, producto de la emigración a la ciudad por el
desarrollismo de los sesenta, un cine hecho por provincianos que llegan a la
gran ciudad -Barcelona, Madrid-, por “burgueses” que abominan de la ciudad
provinciana, símbolo del atraso, y ansían, porque las conocen, las urbes
europeas, símbolo de la modernidad, nuevos residentes en la capital de España
que ya no pueden ni quieren decir: “¡Viva Madrid que es muy pueblo!”
8. El NCE fue el
primer cine español universitario, es decir, salido de las aulas, de la
sesiones de “filmoteca”, de las lecturas de libros y revistas, de las conversaciones en los pasillos o en el
bar; un cine rodado por estudiantes de cine para (no sólo, pero sí en primer
lugar) estudiantes de universidad.
9. El NCE fue el
primer cine español joven, “protagonizado” por menores de 30 años y atento a
sus problemas cotidianos y, aparentemente, triviales. Posiblemente, por la
represión sexual, no hay cine en el mundo que haya expresado mejor el primer
amor o el despertar del amor que los cineastas del NCE: El buen amor, Nueve cartas a
Berta, Noches de vino tinto….
Bien es cierto que, en ocasiones, da protagonismo a los abuelos, siempre y
cuando se comporten como niños, como en Del
rosa al amarillo y Los dinamiteros
(1963), o bien sean prueba de la sociedad injusta contra la que luchan, como en
Juguetes rotos (1966).
10. El NCE fue el
cine que cuando estos jóvenes se hicieron mayores y tocaron poder trataron de
rescatar con la llegada del PSOE al gobierno en 1982 y la puesta en marcha de
la política cinematográfica de Pilar Miró, pero sin plantearse, curiosamente,
abrir la Escuela Oficial de Cine en la que habían estudiado y que el franquismo
había cerrado en 1974. La Escuela que el vicepresidente de ese gobierno,
Alfonso Guerra, había dicho, en 1965, que era el futuro del cine español (Cinema universitario, nº1, pág. 30).
La tía Tula |
En cualquier caso, lo mejor es formarse cada uno su propia opinión sobre el NCE y hoy es fácil. Basta con leerse este libro, incluido el estudio del profesor Andoni Iturbe, y visionar aquellas viejas películas en alguna plataforma de vídeo bajo demanda. Después de todo, un libro de cine no es más que una invitación a ver cine.