José Suárez es un fotógrafo y documentalista gallego al que Cifesa contrata para hacer varios de los documentales de la serie sobre España con los que quería acompañar sus películas comerciales. El tema del primero de ellos es los marineros de Galicia. Comienza a rodar en junio de 1936, pero vence la sublevación militar en tierras gallegas y José Suárez deja sin terminar Mariñeiros. Es más, huye a Lisboa porque teme por su vida, es decir, sería una persona non grata para los golpistas. A finales de 1936 se traslada a Argentina y se establece en Buenos Aires. El hecho de que su mujer no quiera acompañarlo en el exilio es para él especialmente doloroso.
En mayo de 1937, la revista argentina Cinegraf publica un reportaje fotográfico con las instantáneas que
Suárez había tomado al mismo tiempo que rodaba el filme. Son las mismas fotografías
se exponen en la Asociación de Amigos del Arte. Lo relevante es que Cinegraf informa
de que la película estaba terminada al estallar la guerra. Solo quedaba el
proceso de rebelado. Pero Cifesa no quiere llevar la copia a Madrid porque la industria
está en manos de la revolución. La solución es Lisboa. El problema es que, como
sin el revelado no se puede saber el contenido de las latas, la censura militar
franquista impide su salida. Las autoridades militares temen que contengan imágenes
contrarias al Movimiento. Finalmente, ante el peligro de que la emulsión se
pierda, se permite el traslado de las
latas a Lisboa y allí se revelan.
En marzo de 1938, Cinegraf
vuelve a hablar de la película y recoge información facilitada
por Cifesa que añade datos contradictorios con lo anterior. Dice, en primer
lugar, que la película fue rodada en pleno apogeo de la guerra y que el rodaje
ha durado 18 meses. Esta información puede ser perfectamente falsa a fin de que
la película pase por una producción reciente y no por un filme abortado. La revista
añade a continuación que los negativos fueron llevados a Buenos Aires por el
propio José Suárez, el cual ha montado la película en los laboratorios porteños,
de modo que será el primer caso de una película española terminada en Argentina
y estrenada en el extranjero antes que en España. Esta información es
totalmente novedosa y vendría a decir que Suárez se llevó consigo la película
cuando dejó Lisboa a finales de 1936.
Lo cierto es que, dada la alta presencia de gallegos en
Argentina y la necesidad de material para proyectar que tiene Cifesa con el fin
de seguir manteniendo su éxito en aquel país, Mariñerios termina en la Argentina. Esto indica, por otro lado, que
la huida de Suárez de la España sublevada es compatible con que trabajase con una
empresa franquista como Cifesa, la cual en absoluto esconde su nombre en la
publicidad del filme, al contrario. Lo mismo revela que las fotos se publiquen en
una revista conservadora como Cinegraf,
favorable a Franco.
Lo que Suárez monta en Buenos Aires es un filme de 52-60
minutos mudo, con breves diálogos sincronizados que suplen los rótulos y música
también sincronizada a base de canciones gallegas directamente recogidas de las
gentes del lugar y música de gaitas. En cuanto a su contenido, pretende ser un
romance sobre los pescadores gallegos. Presenta en detalle su actividad
pesquera: la preparación de las redes, la salida de los barcos, la faena en el
mar, la clasificación de los peces y el regreso. Al mismo tiempo que se narra
el nacimiento de un niño y la muerte de otro.
Cifesa estrena Mariñeiros
el viernes 29 de julio de 1938 en el Teatro Avenida acompañando a la película
mexicana No basta ser madre (1937). Ambas
están 15 días en cartel, lo que supone cierto éxito. Un atractivo añadido es
que actúan en estas sesiones los coros de las sociedades gallegas en Argentina.
No sabemos si acompañado las imágenes o como una tercera parte del programa. En
cualquier caso, el estreno de Mariñeiros
es un acto importante dentro de la comunidad de gallegos en Buenos Aires. El Heraldo elogia su magnífica fotografía, compara
el filme con Hombres de Arán (Man of Aran, 1934), de Robert
J. Flaherty, y señala que es un excelente complemento para cualquier película.
Después de la guerra, Mariñeiros se
presenta en España. Al menos nos consta su estreno en el Salón Imperial de
Sevilla el 11 de junio de 1942.
Terminada Mariñerios,
José Suárez intenta abrirse camino en el cine argentino. Dirige La Mujer y el Jockey (1939), de
la que se alaba su a factura técnica excelente, y consigue un premio a la mejor
fotografía por Malambo (1942). Pero en
el cine comercial no encuentra vías para desarrollar su talento y decide
dedicarse a la fotografía. Trabaja como fotógrafo para el diario La Prensa, que le designará corresponsal
en Uruguay y Japón. En 1959 regresa a España.
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